Alfarabi - Catalogo de las ciencias, JEZYKI, En espanol, A

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Catálogo de las
ciencias
Alfarabi
870-950
Traducción de
Ángel González Palencia
según la edición del CSIC, Madrid 1953, XXX+176+106 páginas,
que ofrece también dos versiones en latín y el texto árabe
Artículo I
Sobre la ciencia del lenguaje
Artículo II
Sobre la utilidad de la lógica
Artículo III
De la ciencia de las matemáticas
Artículo IV
Sobre la ciencia física y la ciencia metafísica
Artículo V
Sobre la ciencia política, la ciencia del derecho y la teología
¡En el nombre de Dios clemente y misericordioso! Ruegue Dios por nuestro señor y dueño Muhammad y
por su familia y compañeros. Amén.
Tratado acerca del catálogo de las ciencias
Dijo Abu Nasr Muhammad, hijo de Muhammad al Farabi (perdónelo Dios, ¡ensalzado sea!):
Nuestro propósito al escribir este libro es enumerar las ciencias conocidas como tales, dar a conocer todo lo
que comprende cada una de ellas, las partes de aquellas que las tienen, y lo que comprende cada una de
estas partes. Hemos dividido este libro en cinco artículos:
1º,
sobre la ciencia del lenguaje y sus partes;
2º,
sobre la ciencia de la lógica y sus partes;
3º,
sobre la ciencia de las matemáticas, que comprende: la
aritmética, la geometría, la óptica, la astronomía, la matemática, la música, la ciencia de los pesos y la
ciencia de ingeniería;
4º,
sobre la física y sus partes, y la metafísica con las suyas;
5º,
sobre la política, el
derecho y el
Kalam
(teología).
La utilidad de este libro está en que si el hombre [4] quiere aprender una cualquiera de estas ciencias, y
especular en ella, sabe adónde va y [sabe] en qué cosas va a especular, y qué va a sacar de provecho con su
especulación, y qué ganancia obtiene de esto, y qué excelencia se deriva de ello, a fin de que su intento en
el estudio de aquella ciencia se realice con conocimiento de causa y no ciegamente y exponiéndose al
extravío. Y con este libro podrá el hombre comparar entre sí las ciencias, para saber cuál de ellas es la más
excelente, cuál es la más útil, cuál es la más sólida, cuál es la más fidedigna, cuál es la más firme, y cuál es
la más endeble y problemática.
Otra utilidad de este libro está en poder descubrir a quien pretende pasar por enterado de una ciencia
cualquiera, no estándolo; pues si se le pregunta por las cosas referentes a aquella ciencia, o a sus partes, o a
lo referente a cada parte, y en concreto se le pide el contenido de cada parte, y no contesta, quedará
evidenciada su pretensión y se descubrirá la mentira. Con este libro se demuestra la realidad respecto de
aquel que sabe una ciencia [y se ve] si la sabe bien toda o sólo alguna de sus partes, y cuál es la cantidad de
lo que sabe. Sirve también este libro para conocer al estudioso, cuyo fin es abarcar todo lo que comprende
cada ciencia, y al pedante que quiere parecerse a los sabios, para que lo tomen por uno de ellos.
Artículo I
Sobre la ciencia del lenguaje
Artículo II
Sobre la utilidad de la lógica
Artículo III
De la ciencia de las matemáticas
Artículo IV
Sobre la ciencia física y la ciencia metafísica
Artículo V
Sobre la ciencia política, la ciencia del derecho y la teología
Artículo de fuera de este libro
Se recomienda al que estudia la ciencia que no desapruebe lo que ignore de las materias contenidas en este
libro, pues sería prueba de su imperfección y de que habla sin saber lo que dice; que no se envanezca de lo
que sepa, porque la virtud de su saber se borrará y él se hará merecedor del odio del Donante de tal don;
que no envidie al que está sobre él con emulación que le proporcione un defecto, y que no desprecie a
quien está por bajo de él, pues él estuvo en la misma situación antes de aprender lo que sabe; que no oculte
su ciencia, porque entonces vendrán a estar él y el ignorante en un mismo plano, pues los dos son inútiles
para la ciencia y para su divulgación; que no hable de una ciencia antes de ser docto en ella, porque se
envilecerá; que no pretenda con su ciencia un fin mundano, pues convertirá lo más excelente en lo más vil;
y que practique el temor de Dios (¡alto es y noble!), en secreto y en público, pues éste es el adorno y el
ornamento del sabio.
Y la confianza se debe poner en Dios.
Alfarabi · Catálogo de las ciencias
Artículo I
Sobre la ciencia del lenguaje
La ciencia del lenguaje, en resumen, es de dos clases: 1ª, el saber de memoria
las palabras significativas en un pueblo cualquiera, y el conocimiento de lo que cada
una de ellas significa; 2ª, el conocimiento de las reglas de estas palabras.
Reglas
se
llaman en cada arte unas proposiciones universales, esto es, generales, que cada una
de ellas abarca muchas cosas de las que este arte comprende, hasta llegar a la
totalidad de las cosas, objeto de ella, o a su mayor parte. [Estas reglas] son usadas:
o para comprender con ellas lo que pertenece a este arte, a fin de que no entre en
ella lo que no le pertenece, o quede fuera de ella lo que le es propio; o para probar
con ellas (las reglas) lo que no hay seguridad de librarse de caer en error, o,
finalmente, para facilitar con ellas el estudio de lo que abarca el arte y su
conservación en la memoria. Las cosas individuales, muchas en número, solamente
vienen a ser artes, o a estar comprendidas en ellas, en cuanto que se contienen en
reglas conservadas en el alma del hombre, según un orden conocido; como, por
ejemplo, la escritura, la medicina, la [6] agricultura, el comercio y las demás artes, ya
sean prácticas, ya especulativas. Toda proposición es regla en cualquier arte, pues
ella se emplea, en cuanto que es regla, para una de las cosas que hemos indicado, o
para todas.
Por esta razón los antiguos llamaban
reglas
a todo instrumento por el que se
comprobaba [la verdad] de aquello en lo que es fácil que el sentido haya errado
respecto de la cantidad del cuerpo, o de su calidad, &c.; como, por ejemplo, la
plomada, el compás, la regla y las balanzas; y llamaban también
reglas
a los
compendios del cálculo y cuadros astronómicos. Los libros compendios que se
usan como recordatorios de los libros extensos, son también
reglas,
puesto que son
cosas de pequeño número que abarcan cosas de número más elevado; pero que
aprendiéndolas y conservándolas en la memoria, aunque pequeñas en número,
hemos aprendido otras de número mayor.
Volviendo ahora a lo que tratábamos, diré que las palabras significativas, en
cualquier lengua, son de dos clases: simples y compuestas. Las simples son, por
ejemplo, «el blanco, el negro, el hombre, el animal»; compuestas [oraciones] son
como si decimos: «el hombre es animal, Amru es blanco». De las simples, unas son
nombres propios, como «Zayd, Amru»; y otras significan los géneros y las especies
de las cosas como «el hombre, el caballo, el animal, el blanco, el negro». Las
simples, que significan los géneros y las especies, pueden ser nombres, verbos y
partículas. Los nombres y los verbos tienen como propiedades inherentes la
masculinidad y la feminidad [el género] [7] y el singular, dual y plural [el número]; el
verbo lleva consigo, especialmente, la idea de tiempo: pretérito, presente y futuro.
La ciencia del lenguaje, en todo pueblo, se divide en siete grandes partes:
ciencia de las palabras simples; ciencia de las palabras compuestas [oraciones];
ciencia de las reglas en virtud de las cuales son simples las palabras; regla en virtud
de las cuales son compuestas las palabras; reglas de corrección de la escritura; reglas
de corrección de la lectura, y reglas de los versos.
La ciencia de las palabras simples significativas abarca el conocimiento de
aquello que cualquier palabra simple signifique, ya estas palabras signifiquen los
géneros de las cosas y sus especies; su conservación en la memoria; y distinguir
cuáles de todas ellas son exclusivas de aquella lengua, cuáles son las tomadas de
otra lengua, cuáles las extranjeras a ella, y cuáles las vulgares y usadas por todos. La
ciencia de las palabras compuestas [es] el conocimiento de las frases por que se
encuentra que han sido compuestas en un pueblo cualquiera –las cuales frases son
las que han inventado sus oradores y sus poetas y con las que se expresan sus
hombres elocuentes de renombre general– y [el conocimiento] de la transmisión
oral de estas frases y su conservación en la memoria, sean largas o cortas, medidas
o no medidas.
La ciencia de las reglas de las palabras simples trata primeramente del número
de letras del alfabeto; del órgano de la voz por el que cada una se emite; de las
consonantes y de las que no son consonantes; de [8] las que se combinan entre sí
en aquella lengua, y de las que no se combinan; de las menos que se han de
combinar para formar una nueva palabra significativa; del mayor número en que se
pueden combinar [para formarla]; de las letras regulares, es decir, las que no se
cambian en la forma de las palabras cuando a éstas se les unen sus características de
dualidad, pluralidad, masculinidad, feminidad, derivación, &c.; de las letras con las
que se cambian la palabras, al unirles estas características; de las letras que se
contraen con las que se encuentran. Después de esto da reglas de las palabras
simples, y distingue entre las formas primeras, que no se derivan de ninguna otra, y
las que son derivadas; da las formas de las clases de palabras derivadas, y distingue
entre las formas primeras y entre las que son nombres de acción –aquellas de las
cuales se forma el verbo– y las que no lo son, y [enseña] cómo se han de cambiar
los nombres de acción para convertirse en verbos; enseña las clases de formas
verbales y lo que hay que hacer con los verbos para que resulten de mandato o de
prohibición.
Clasifica los verbos por razón de su cantidad en trilíteros o cuadrilíteros o de
más [radicales], duplicados o no duplicados, y por razón de su cualidad en sanos y
defectivos; enseña cómo se ordena todo esto en relación a la masculinidad y
feminidad [al género] y a la dualidad y pluralidad [número], a las personas de sus
verbos y a todos sus tiempos (las personas de los verbos son
yo, tú, aquello, él
). Y
finalmente trata [esta parte de la ciencia del lenguaje] de las palabras [9] de difícil
pronunciación, y de lo que se debe hacer para que se cambien y su pronunciación
se facilite.
La ciencia de las reglas de las palabras compuestas es de dos clases: una da la
regla de los signos con que se componen los pronombres y los verbos; la segunda
expone las reglas sobre cuáles sean los modos de la composición y del orden
recíproco (?) en aquella lengua. La ciencia de las reglas de los signos [de las
palabras] es la que los árabes llaman
gramática.
Esta enseña: que los signos sólo
sirven primero para los nombres, después para los verbos; que unos signos de los
nombres están en sus comienzos, como el
álif
y el
lam,
el artículo en la lengua árabe,
o lo que haga sus veces en los restantes idiomas, y otros signos están en el final de
las palabras –los signos finales– que son los llamados
letras desinenciales
; que los
verbos no tienen signos primeros [artículo], sino solamente signos finales; estos
signos finales de los nombres y de los verbos son en árabe, por ejemplo, los
tanwin,
las tres vocales, el
socún
y cualquiera otra cosa de las que se emplean en la lengua
árabe con signos.
Enseña [además la gramática] que hay palabras que no usan en la flexión todos
los signos, sino que por el contrario se construyen con uno solo, en todas las
formas en las cuales se componen otras palabras; que hay otras que emplean
algunos, y otras no los emplean en la flexión; y otras que los emplean todos.
Distingue [también la gramática] los signos de los nombres de los signos de los
verbos en los nombres que tienen flexión y en todas las formas en que la [10]
tienen; y comprende todas las formas en que los nombres se declinan, y las formas
en que los verbos se conjugan.
Después enseña en qué forma se une a cada nombre y a cada verbo cada
signo; da primeramente, en resumen, cada una de las formas de los nombres
singulares declinables, a los que en una forma se les une un signo cualquiera. Hace
lo mismo con los nombres femeninos, duales y plurales y con los verbos en
singular, en dual y en plural, hasta que completa todas las formas, en las que el
verbo se conjuga, con los signos que se les ha marcado. Después trata de los
nombres que se declinan en algunos casos, en cuáles se declinan y en cuáles no.
Luego se ocupa de los nombres declinables en un solo caso, y en qué caso son
declinables.
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